Sin Huevos No hay Mosquitos.

  • 23/09/2018

 

La genética se acerca un paso más al control de la expansión del mosquito Aedes aegypti, vector de enfermedades como el dengue, el zika o la fiebre amarilla. La propuesta es interrumpir un proceso clave en el ciclo reproductivo: la producción de huevos. Para ello, un estudio realizado en EEUU analiza el funcionamiento genético de un órgano del mosquito esencial para el sistema reproductivo: el llamado cuerpo graso.

Interrumpir la producción de huevos

Las hembras de Aedes aegypti necesitan de una ingesta de sangre para poder desarrollar huevos. Tras la ingestión de sangre, se inician cambios en diversos tejidos del mosquito, en los que es posible intervenir, utilizando herramientas genéticas, de forma que el desarrollo de los huevos no sea posible.

Esta es la propuesta de un equipo de científicos de la Universidad de California, que ha estudiado a nivel molecular estas transformaciones en las hembras. Para ello se centraron en unas pequeñas moléculas de ARN reguladoras, llamadas microARNs, que juegan un papel crítico en la maduración del huevo de mosquito.

Más concretamente, estudiaron la expresión de las microARNs en el cuerpo graso de Aedes aegypti. El cuerpo graso, contraparte del hígado y de los tejidos adiposos de los mamíferos, es el centro metabólico, que desempeña un papel clave en la reproducción.

Dado que un funcionamiento correcto del cuerpo graso es esencial para el desarrollo del sistema reproductor femenino tras ingerir sangre, el objetivo fue identificar las microARNs que son importantes para las funciones del cuerpo graso y descifrar a qué genes específicos se dirigen.

Este conocimiento puede ser clave para poder manipular los niveles de microARNs en el cuerpo graso o también a los genes objetivos de estas moléculas. Si es posible intervenir en sus interacciones e interrumpir la reproducción del mosquito, sería posible prevenir la expansión del vector y de las enfermedades que transmite.

El equipo midió los niveles de todas las microARNs en el cuerpo graso (alrededor de 100 diferentes) en cinco secuencias de tiempo: justo después de que los mosquitos ingirieron la sangre y  6, 24, 36 y 48 horas después. Establecieron estos tiempos basándose en la información previamente conocida sobre los principales cambios fisiológicos que se producen en la hembra tras alimentarse con sangre.

En el transcurso de éstas 48 horas posteriores a la ingestión de sangre, los investigadores observaron cambios significativos en los niveles de muchas microRNA, lo que indica que éstas, a su vez, establecen cambios significativos en la expresión de genes clave en el cuerpo graso. Les fue posible identificar que cada microARN, junto a una proteína asociada, regula la expresión de los genes correspondientes.

El amplio análisis realizado establece las bases para una comprensión sistémica de la regulación genética que sustenta los eventos reproductivos en el mosquito hembra. Así, los autores afirman “Ahora que conocemos estos genes, estamos un paso más cerca de controlar la expansión de Aedes aegypti interrumpiendo un proceso clave en el ciclo reproductivo: la producción de huevos”.

Fuente: Universidad de California

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