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No se debe acumular basura, almacenar fruta y dulces sin protección o dejar al alcance de estos insectos platos con restos de alimentos
Las moscas son una de las plagas más comunes que se pueden desarrollar en las cocinas domésticas. Por ello, son fundamentales las acciones preventivas y una estricta limpieza e higiene de las instalaciones. Un aspecto fundamental es evitar la acumulación de basura y proteger los alimentos del ataque de estos insectos. Constituyen un riesgo sanitario para las personas, ya que se han relacionado con la transmisión a humanos de fiebres tifoideas, disentería o cólera, entre otras enfermedades.
Las moscas pueden ser origen de salmonelosis, shigelosis e infección por Campylobacter debido a una cierta predilección por sustancias orgánicas en descomposición, aguas residuales, basuras y heces, pero también por los alimentos. Actúan como vehículo transmisor (vector mecánico) de contaminación entre ambos y transportan millones de microorganismos. La cocina es uno de los hábitats donde pueden actuar las moscas, por lo que es necesario tomar las medidas oportunas para evitar su proliferación. Las acciones preventivas pasan por una estricta limpieza y el cumplimiento de una serie de pautas:
Métodos de eliminación
Algunos sistemas y mecanismos domésticos para eliminar las moscas pueden ser eficaces, siempre y cuando se evite que caigan sobre los alimentos (como los matamoscas manuales) o que el tratamiento sea tan perjudicial como el problema. Los insecticidas nunca deberán aplicarse sobre alimentos o utensilios de cocina.
En el ámbito industrial
En el caso de establecimientos de hostelería y restaurantes, la ley fija el desarrollo de programas basados en el Análisis de Peligros y Puntos de Control Críticos (APPCC). El objetivo de las medidas pasivas es impedir el acceso de cualquier insecto, entre ellos las moscas, mediante un diseño adecuado de las instalaciones y velar porque no hallen fuentes de alimento o bebida. Todas las instalaciones deben mantenerse en un estado óptimo de limpieza y desinfección y poner en práctica acciones más específicas que las empleadas en las cocinas domésticas:
Además de las desinfecciones periódicas que establece la ley, hay que notificar a la empresa o persona responsable cualquier signo de presencia de insectos u otros animales capaces de constituir plagas.
Un Insecto común
Las moscas son insectos dípteros, de dos alas. Las más comunes son la mosca casera (“Musca doméstica L.”), la verde y la azul. Su boca está adaptada a las costumbres alimentarias y se proyecta en la parte inferior. Sus ojos son compuestos y su visión periférica, muy desarrollada, les permite advertir posibles amenazas laterales. Son muy rápidas en los movimientos y destaca su desarrollado sentido del gusto en sus piezas bucales y en las patas. Una mosca es capaz de percibir si está posada sobre un producto comestible.
Durante su ciclo biológico, atraviesan por varios estadios: huevo, larva, pupa y adulto. El ciclo completo dura unos 10 días en verano, en función de la temperatura ambiente. Su excelente capacidad de adaptación ha conseguido que colonicen con éxito una gran variedad de hábitats rurales y urbanos de todo el mundo.
La mosca de la fruta o del vinagre (“Drosophila melanogaster”) es una especie pequeña utilizada en experimentos biológicos debido a su breve ciclo de vida. Se alimenta de fruta en estado maduro o de fermentación, donde pone sus huevos y se desarrolla. Por este motivo, conviene siempre proteger la fruta con una malla de poro muy reducido.
Fuente: Consumer