BPF ¿Una Moda?

  • 23/09/2018

 

Todavía hoy en día un gran número de gerentes considera las BPF como lo último de moda en el área de alimentos.

Quienes nos movemos en el área de alimentos no podemos menos que sorprendemos del grado de desconocimiento que sobre las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF) existe en nuestro país.

¿Qué es eso?, ¿Para qué sirve?, ¿Desde cuándo existe?, ¿Tenemos que implementarlo?, ¿Es la última moda en la industria de alimentos?, y muchas preguntas más.

Nos sorprende el tiempo que tiene la norma y el desconocimiento que existe de ella en el mercado de alimentos en Venezuela.

Haga usted mismo una pequeña encuesta en su círculo inmediato. Pregúntele a su carnicero, panadero o al supermercado donde usted hace sus compras; también pregunte a la franquicia donde va con su familia a comer los fines de semana. Bueno, que decir de las areperas, ventas de empanadas o pastelitos donde desayuna antes de ir al trabajo todas las mañanas.

Hágalo, pregúnteles ¿qué son BPF? y sorpréndase con sus respuestas.

Todos los negocios antes mencionados tienen algo en común: fabrican, almacenan y/o distribuyen alimentos para consumo humano, cualquier tipo de alimento, y muchos no aplican BPF porque simple y llanamente no las conocen en la mayoría de los casos.

Ahora mismo, quizás usted se esté haciendo las mismas preguntas y la idea de este artículo es dar respuesta a ellas.

Las normas de las Buenas Prácticas de Fabricación, Almacenamiento y Transporte de Alimentos de Consumo Humano, mejor conocidas como BPF son como la propia definición de la norma lo indica el “Conjunto de medidas preventivas o de control utilizadas en la fabricación, envasado, almacenamiento y transporte de alimentos manufacturados a fin de evitar, eliminar o reducir los peligros para la inocuidad y salubridad de estos productos” para consumo humano.

Las BPF entraron en vigencia desde el 02 de enero de 1997, como norma obligatoria para todo fabricante, importador o quienes intervengan en la comercialización de los alimentos de consumo y quienes son responsables, en sus áreas respectivas, de cumplir con los requisitos establecidos en el mencionado instrumento legal.

Viene dado como complemento al Reglamento General de Alimentos de 1959, el cual es uno de los primeros pasos modernos para salvaguardar la inocuidad y con ello la salud de la población venezolana.

Cubre dentro de sus ocho capítulos los siguientes puntos: I disposiciones generales; II de la edificación e instalaciones; III de los equipos y utensilios; IV del personal; V de los requisitos higiénicos de la producción; VI del aseguramiento de la calidad higiénica; VII del programa de saneamiento y VIII del almacenamiento y transporte.

Como podemos observar son bastante completas y cubren las áreas necesarias para lograr la inocuidad de los alimentos.

Son de obligatorio cumplimiento por todos. No se hace distingos de grandes, medianos o pymes, por lo que estas normas aplican desde el carrito de perros calientes de la calle, hasta el mediano y gran industrial de alimentos.

Muchas veces encontramos Empresas transnacionales que traen sus Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) de otras latitudes, desconociendo muchas veces de las Normativas venezolanas que rigen sobre la materia.

No está mal todo lo que puedan aportar a las normas de inocuidad alimentaria, el caso es que nos encontramos a veces con BPM que no cubren las exigencias nacionales, lo cual trae como consecuencia la sanción oficial a la Empresa.

Las BPF también son un pre-requisito para aquellas Empresas que quieran implementar sistemas de inocuidad alimentaria más complejos como HACCP.

De manera que podemos concluir que las BPF no son una moda y que vinieron para quedarse.

Autor: Fernando Rivas – Director Técnico de Fumitienda

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